A punto estaba ya de lanzar mi artillería sobre nuestros magníficos dignatarios europeos y el miserable papel que estaban jugando en la situación egipcia, cuando descubro que, por una vez, quieren estar a la altura de las circunstancias y han emitido un comunicado de condena de la situación y de la actuación del gobierno egipcio, urgiendo al inicio de un proceso de transición pacífico y democrático.
Aunque sigo fiándome de ellos lo de siempre, sí hay que reconocer que, al menos, algo han hecho siguiendo la estela que ha dejado el presidente Obama que, en los últimos días, han emitido comunicados en la misma línea.
De todos modos, hay que insistir en que la situación exige acciones más contundentes por parte de los gobiernos europeos para dar paso a una transición democrática que no se convierta en un baño de sangre.
En todo caso, es la única forma, además, de evitar otro tipo de peligros como la radicalización de la oposición hacia opciones de carácter teocrático.
En última instancia, el gran problema de Oriente Medio, el estado sionista, pesa como una maldición sobre las posibilidades de evolución hacia posiciones de libertad y democracia de estos países.
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