jueves, 28 de junio de 2012

Vino de Chiclana




Vino de Chiclana

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 28.06.2012 - 01:00
El Algarrobico. Carboneras
Conil


Chiclana

DEBIÓ ser en aquella vieja taberna de Conil donde Kiko Veneno descubrió que el vino de Chiclana sabía mejor en botellines de Cocacola que en copas de cristal de Bohemia y debió ser al oir la hermética frase "ponme un cuartillo", con la que se iniciaba el ritual del trasiego, cuando decidió hacer una canción a Joselito. Luego debió caer en la cuenta del plato de plástico con cacahuetes que, ya a media mañana, desdibujaba el suelo bajo una capa de cáscaras crujientes que sólo se barrían al empezar el día siguiente. Aquello era el pasado. Hace poco volví a pasar por la puerta de la taberna vieja y descubrí que se había convertido en un moderno gastrobar muy cool en el que dos chicas de agresiva modernidad servían un menú largo y estrecho de atún; espuma de atún, souflé de atún, virutas de atún y atún con chocolate, que es lo que tiene Cádiz. Aunque ni asomo de cacahuetes ni de vino de Chiclana ni de cuartillos de Cocacola refrescados en una nevera de lata llena de barras de hielo del que te vendían en la lonja junto a las sardinas. Todo Conil había dado un salto hacia el futuro y la vieja taberna, más que un simple salto, había dado un mortal y medio con doble tirabuzón entre plásticos tintados de innegablelook finlandés y música de Börjk. 

A la vieja taberna, como si fuera un expediente trasnochado, se le dio carpetazo con la inauguración del nuevo chiringuito acorde con los tiempos modernos que corrían a ritmo de ladrillo y hormigón y es que el pasado, por aquellas fechas, sólo estaba previsto en la decoración con algún adorno mono o alguna sigilata envuelta entre metacrilatos y cristal fumé, porque el pasado frenaba el desarrollo, evitaba el crecimiento y, en fin, tenía mala prensa. Había, eso sí, algunos plastas a los que el pasado les seguía recordando playas vacías y limpias de Cádiz, calas transparentes en Almería o el vino fresquito de Chiclana metido en un botellín de Cocacola junto a un plato de cacahuetes. Cosas de plastas y no de chicos listos que piensan en futuro, que esto sí que es pensar en positivo y en dinero aunque para llegar a él hayamos tenido que ir destruyendo algunas tonterías. 

Ahora, por ejemplo, el agua de las calas no es tan transparente, pero a cambio, tenemos el Algarrobico y en Bolonia o en Conil o en el Palmar, es verdad que ya no hay tantos espacios vírgenes, pero a cambio, tendremos otra urbanización en Valdevaqueros con muchos puestos de trabajo, de esos que siempre se prometen y que luego nunca llegan y, si hay suerte además y no se lo quedan en Madrid, tendremos un gigantesco puticlub en Tabernas que es otro de los espacios, más o menos vírgenes, que nos van quedando.

viernes, 22 de junio de 2012

LÁGRIMAS EN LA LLUVIA


LA COLUMNA

'Tears in the rain'

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 21.06.2012 - 01:00

CUANDO Nexus contaba en la emocionante despedida de Blade Runner que había conocido en su corta vida cosas que el género humano no podría creer -naves de ataque en llamas más allá de Orión o rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser- seguro que el mítico personaje de Ridley Scott no había tenido en cuenta, ni por asomo, la posibilidad de haber conocido a Mariano Rajoy o cualquiera de las cosas con las que cada día el gran timonel nos sorprende. Porque esos sí son increíbles momentos de la historia que se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Y haya llegado -o no- la hora de morir. 

Bien es cierto que, por hacer algo más suave su previsible perplejidad, habría que explicar a Nexus que no toda la responsabilidad o la culpa de las incoherencias de Rajoy es suya... o solamente suya. La insensata actitud de la canciller mein frau Merkel, representante de unos intereses económicos que cada vez se parecen más a los de la casa de los Harkonnen en la novela Dune de Frank Herbert, introduce tal ritmo de mambo en este remake continental de 'danzad, danzad malditos' que Rajoy no termina de hacer más que un papel secundario. Patético, eso sí, en este paseo por el amor y la muerte que llevamos recorrido en este último año. 

Empiezo a sospechar que, al igual que los replicantes de Scott o de Philip K.Dick -que es el autor de la novela en la que la película está basada-, nuestro mundo está programado con una fecha de caducidad tal y como lo conocemos hoy. Un final al que Merkel y su grupo salvaje nos conducen como quien lleva corderos al matadero: en silencio y sin rechistar, que es como deben marchar los que avanzan por senderos de gloria hacia el sacrificio. Y en el fondo no me parece tan mal lo de guardar silencio mientras nos masacran porque, aunque aún queden preguntas por hacer, la calidad de las mentiras es de tal calibre que intentar obtener respuestas verosímiles es ya un ejercicio inútil a estas alturas de la confusa ceremonia. Y es que hace apenas unos meses Rajoy empezó una historia de héroes (los suyos) y villanos( los demás), intentó luego seguir un absurdo guión de mentiras arriesgadas y en el camino, ante la evidencia de tanta promesa rota, o ha cambiado los papeles o los ha perdido. O no sabe qué película se está rodando y de la ciencia ficción se ha pasado al drama mesiánico. Porque más que un posible extraño en el paraíso, que es lo que él quería ser, ha acabado por convertirse en un lúgubre y triste personaje del desierto de los tártaros.

domingo, 17 de junio de 2012

NUEVA DEMOCRACIA





Me da que Merckel ha ganado las elecciones en Grecia. Quizás sería interesante felicitarla. Una de esas llamadas que se hacen entre jefes de gobierno.

jueves, 14 de junio de 2012

BASURA


Basura

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 14.06.2012 - 01:00

QUE fuera Aguirre o algún otro con similar perfil de perillán, podía ser indiferente cuando estaba ya al caer que alguien pusiera encima de la mesa la propuesta populista de reducir el número de diputados en los parlamentos respectivos. Aunque estas cosas son más de Aguirre y de su partido al que, por tradición y herencia, le han venido siempre a sobrar los diputados. Y no la mitad, que es lo que ha propuesto la señora, sino todos y todas los que se dicen sentados en sus sillas por voluntad popular. 

Y es que con diez o doce, a ser posible del tercio familiar, se arreglaría ella en el Parlamento de Madrid o el Rajoy en el de la Carrera de San Jerónimo que, para lo que le echa cuentas, más le valiera echarle el cierre al establecimiento. Tampoco habrán de faltar voluntarios montoneros, de esos que tanto abundan por las barras de los bares o por las tertulias radiofónicas, para darles la razón, aplaudir la tropelía y hasta apretar el nudo en torno al cuello culpable de tanto político corrupto o corrupta, que de las dos cosas hay en esta trama que el PP ha ido construyendo de descrédito y desprestigio y que tanto le gusta airear en la intimidad de la familia o junto a la paella del domingo; que los políticos o las políticas tienen la culpa de todo y además, por si lo dudan, todos, absolutamente todos y todas son iguales y, como dice doña Esperanza, lo mejor es quitárnoslos de enmedio que, para jodernos, ya están ellos y los bancos que llevan jodiendo toda la vida y ya debiéramos estar acostumbrados. 

También es cierto que este afán profiláctico pilla el campo abonado y que en algún lado andaban los representantes del pueblo en los consejos de administración de las cajas, los del PP, pero también los del PSOE y los de IU y los de los sindicatos, cuando la codicia empezaba a merendarse la riqueza de nuestro país, y que si ahora el pueblo soberano dice que menuda panda, pues no esta la cosa en echarle la culpa, por ejemplo, al que lo cuenta, que soy yo, el humilde cronista de este desgraciado entuerto, sino que la cosa está en las explicaciones que no se han dado de aquellos días dorados en que Rato, o el uno o el otro, les contaba a los agraciados Consejeros los cuentos de sus cajas y ellos callaban y cobraban y cobraban y aun siguen callando. 

Y tendrán que dar explicaciones no sólo al pueblo soberano, sino también a otros políticos honrados que ni cobraban ni callaban y que ahora llevan encima, con una dignidad a la que hay que mirar con el respeto que se merece, la parte de basura que no es suya.

sábado, 9 de junio de 2012

Aunque un tanto heterodoxo y a mi manera, me creo un patriota. 

Es cierto que no me dejo arrebatar por la bandera de dos colores ni pierdo el sentido defendiendo lo que es indefendible. 
Es cierto que me avergüenzan algunas cosas de nuestro pasado y que suelo tener la solidaridad entre la gente, aunque sean otras gentes, por encima de cualquier principio,  pero creo que esas cosas no quitan un ápice de amor a mi país y a mis paisanos.
Me suelo sentir orgulloso de las cosas que hacemos, de nuestros investigadores, de nuestros artistas, de nuestros deportistas, de los emigrantes que durante años fueron construyendo Europa y, sobre todo, de la gente que desarrolla labores solidarias en otros territorios de este duro mundo que nos ha tocado vivir. Cooperantes, empresarios, profesionales, trabajadores, militares, fuerzas de seguridad, ¿qué se yo? 
Quizás esta humilde manera de sentirme patriota, sin golpes en el pecho de amor a la patria, me empuja a mí, y a otros como yo, a no pararnos a pensar en los que traicionan a esta patria a la que queremos con ánimo heterodoxo. 
Hoy nuestro país ha perdido una parte importante de su soberanía. Quizás la parte más delicada. No es la posibilidad de decidir sobre la selección de fútbol o tonterías parecidas, es la capacidad de decidir sobre sus finanzas. Hoy el que se dice presidente del gobierno ha huido de su puesto, ha olvidado su responsabilidad, ha desaparecido, ha salido corriendo. Hoy Mariano Rajoy se ha comportando como un traidor, como un miserable cobarde.  

UNA CIUDAD PERDIDA

La ciudad se reinventa en una nueva realidad cada día más absurda, cada día más ridícula, cada día más frívola y estúpida.
Leyes y normas de protección del patrimonio evidencian su obsolescencia frente al gran negocio. La tomadura de pelo que se refleja en una sociedad que ha perdido la vergüenza y que todo lo permite en el sacrificio del puro y duro beneficio privado, en la codicia de todos. ¿De qué nos sorprendemos ya?  
Este paraíso está en la entrada de la carrera del Darro. La que algunos dicen que es la calle más hermosa del mundo. 

jueves, 7 de junio de 2012


LA COLUMNA

Conjunción constante

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 07.06.2012 - 01:00

EN el ilustrado siglo XVIII y dentro del rico debate filosófico sobre el conocimiento de la realidad, ya saben aquello del empirismo y el racionalismo, un escocés llamado David Hume aportó una singular teoría que definió como la "conjunción constante". Venía a contar este ilustre sabio que la idea de la causalidad, el que unas cosas fueran causa de otras, es absolutamente indemostrable y que nuestro convencimiento de que unos hechos provocan otros es una simple ilusión resultado de la observación de la "conjunción constante"; hechos que coinciden sin una necesaria relación. Por ilustrar el asunto para la gente de la calle, o sea usted o yo, ponía el ejemplo de la salida del sol todas las mañanas. Decía Hume que la relación entre la llegada de la mañana y la salida del sol era una "conjunción constante" que no garantizaba que el sol volviese a salir cada mañana en el futuro. 


Por si aún no lo han entendido, cosa bastante lógica dados los vericuetos de la filosofía, y por compararlo con evidencias más cercanas, les puedo poner otro ejemplo: el hecho probado y evidente de que en los últimos seis meses la prima de riesgo española haya ido subiendo hasta el infinito y más allá, no es, diría Hume, consecuencia de la política errática en materia financiera del gobierno de Mariano Rajoy. Es prácticamente indemostrable que una cosa sea causa de la otra, por lo que la relación entre los dos hechos sería un claro ejemplo de "conjunción constante". ¿Lo entienden ahora? ¿Todavía no? Lo intentaré mejor: el hecho evidente y preciso de que se haya aprobado una amnistía fiscal para los defraudadores de hacienda y que, al mismo tiempo, se hayan subido los impuestos directos e indirectos a los ciudadanos en general no puede encontrar su causa en una política fiscal del gobierno de Mariano Rajoy desequilibrada hacia sus amigos, sería, todo lo más y según el sabio Hume, otra "conjunción constante". ¿Tampoco? A ver con otro ejemplo: el hecho de culpabilizar a los funcionarios y al sistema público como responsable de la situación de crisis por el despilfarro y no, por un poner, a los directivos de Bankia o de otros bancos que, arrastrados por la codicia, han reventado este país, no es consecuencia de la política social y económica, de los intereses económicos o de la interpretación tendenciosa de la realidad del gobierno Rajoy, sino que es, sobre todo, una "conjunción constante" que diría el gran Hume. ¿A que ahora ya sí que lo van entendiendo? Porque si aún les cuesta, pudiera yo seguir poniendo y poniendo ejemplos y hasta llenar las páginas de este periódico y hasta de todos los periódicos, aunque no sea el gobierno de Rajoy causa probada de los males de esta tierra, sino sólo y quizás, una perversa "conjunción constante".

sábado, 2 de junio de 2012

TUMBAS IRRELEVANTES

Meditaba o reflexionaba, como queráis llamarlo, sobre la información aparecida hace unos días en mi periódico en torno a unas tumbas romanas descubiertas en las obras del metro de Granada. Las autoridades las calificaban como irrelevantes al no existir estructuras asociadas a ellas. Recordaba esta pequeña plaza en Barcelona construida con el objetivo de formalizar la exposición de ese grupo de tumbas también romanas y me preguntaba qué es lo realmente relevante en la recuperación del patrimonio histórico de nuestras ciudades. No critico la posición de las autoridades, entiendo lo delicado de desviar un trazado de una infraestructura y, sobre todo, lo caro, pero sí me permito seguir haciendo esa pregunta: ¿qué es relevante y qué no?. Probablemente algunos estarán de acuerdo en que lo relevante es lo "grande", lo que se ve y se nota. ¿qué se yo? un castillo o un palacio, pero otros pensarán que lo realmente relevante es aquello que sirve para recuperar nuestra memoria como sujetos de la historia y para recuperar la memoria de nuestras ciudades como ciudadanos. 

viernes, 1 de junio de 2012

MI BANCO


Mi banco

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 31.05.2012 - 01:00

SI ya sé que me estoy volviendo frívolo y que debiera andar preocupado por cosas importantes como la próxima guerra contra Inglaterra por el asunto de Gibraltar, pero la verdad es que, por más que quiera, no consigo alcanzar la indignación patriótica necesaria para envolverme en la bandera y quemarme a lo bonzo y eso que, gracias a Espe, la campeona del déficit y del despiste, a punto estuve con lo del Barça y el Athletic, pero que no, que desde que me he enterado que voy a ser dueño de un banco, no puedo pensar en otra cosa y vivo ensimismimado mi papel de banquero y hasta me he comprado un puro, aunque no fume. Y es que no sé ustedes, pero yo nunca he tenido un banco y me hace mucha ilusión. Además, que no es un banco cualquiera, sino el de Madrid, el de Valencia, el de Castellón, el de Alicante, el de Ávila y algunas provincias más gobernadas con mano firme y desde siempre por el Partido Popular, norte y guía de españoles bien nacidos y de bancos confundidos y perdidos en la niebla, como los gorilas y que gracias a prohombres populares como Rato y los que no son Rato, brillan, en estos días azarosos, como modelo de gestión eficaz, honesta y generosa. Tan generosa, que ahora, así, sin más, resulta que el banco es mío. 


Yo, la verdad es que este verano no tenía pensado comprarme un banco, ya saben, con la crisis y todo eso, lo más que tenía previsto era comprarme unas chanclas para la playa y unos pantalones cortos para el chiringuito, pero ya que las cosas han salido como han salido, pues me alegra mucho tener mi propio banco y lo primero que voy a hacer como dueño es cambiar al director, ese de nombre imposible, y nombrar a un vecino de mi barrio que está en paro y que se llama Manolo. Y no es caprichosa la decisión; que consigo así que nadie se embarulle con el nombre y que mi vecino encuentre trabajo, que va para dos años que dejó la obra o que la obra le dejó a él. 



Ya sé que me dirán que mi vecino no sabe nada de bancos y que de lo que sabe es de mezcla y de ladrillos, pero si los que sabían, ya saben, el Rato y los que no son Rato, o los que hacían esas pruebas tan estupendas para los bancos y decían que estaban todos "da buten", han dejado el banco como lo han dejado, igual mi vecino Manolo que no tiene ni idea, pero que yo lo conozco y no es un sinvergüenza, igual, digo, consigue que el banco, mi banco, no siga siendo un nido de urracas o una madriguera de ratas.