jueves, 25 de octubre de 2012

LO MÁS VISTO


Lo más visto

JUAN CAÑAVATE |
ME entretuve hace unos días, debilidades de una mente atormentada, en ojear la sección de noticias más leídas de un periódico sevillano muy cercano al actual gobierno y aunque, como podrán imaginar, ninguna era un modelo de eso que antes se llamaba periodismo de investigación, había una que destacaba por su vacuidad en la ya de por sí falta de rigor que empieza a caracterizar al periodismo en general y a esa cadena de periódicos en particular; la muerte de una señora al inyectarle por error, un tazón de café con leche por vía intravenosa.

Y no es que yo me escandalice o sienta perplejidad alguna al constatar el nivel que se maneja el personal en sus intereses informativos, que no; que ya he contado en otras ocasiones que uno anda escarmentado y acostumbrado y lo lleva todo con santa, aunque agnóstica, resignación. Pero una cosa es mi lógico escepticismo y otra, habrán de entenderlo, el sereno desánimo que, poco a poco, se va pegando en la punta de los dedos cada vez que los coloco sobre el teclado de mi PC con la ingenua intención de que alguien se interese por lo que escribo. Comprenderán también que si uno construye cada semana una columnilla con pretendida seriedad, aunque la aliñe a veces con un poco de guasa, no deja de resultarle desalentador que a ese público, lo que realmente le interese sean las consecuencias mortales del pico intravenoso de Palmerina Pires Ribeiro, que es como se llamaba la señora del luctuoso acontecimiento.

Y no sé si la culpa de esta debilidad de mente que atenaza a nuestros lectores es responsabilidad de ellos mismos que, de pronto, convencidos de que todo es vanidad y no tiene remedio, se han dejado arrastrar a la superficialidad más absoluta o es que la realidad se ha convertido en un guiso espeso  amargo y frío como el letal café con leche intravenoso de doña Palmerina. Aunque igual también tienen la culpa los propios medios de comunicación que, empeñados como Wert o Mas, en que se hable de otras cosas y no de la gente común que se quita la vida ante la desesperación del fracaso, como el pobre librero desahuciado del barrio de la Chana de Granada, se han comprometido seriamente en volvernos idiotas. Modelo y guía tienen en TVE, que ha dedicado exactamente tres segundos en sus informativos a hablar del suicidio del vecino de Granada. Aunque eso sí, ha conseguido dos records desde que gobierna el PP; el de la rapidez en perder audiencia, prestigio y objetividad y el de decir la mayor estupidez que se recuerda en la historia de la televisión. Que no se han enterado de que el alma, como todo el mundo sabe, se transmite por vía sexual.

miércoles, 24 de octubre de 2012

GRANADA COLONIAL


La discriminación es discriminación aquí y en Pekín, pero es más sangrante la que discrimina a los autóctonos frente a los foráneos.  En algunas playas de países subdesarrollados prohíben el acceso y bañarse  a los nativos en las playas reservadas a los turistas. 

Hay alambradas, cámaras, vigilantes, policías para evitar que los autóctonos molesten el negocio montado por los empresarios hoteleros.

Ahora en Granada en el Albaicín pasa igual. Los taxistas no pueden acceder para dar servicio a los vecinos, pero si demuestran que es un taxi de turistas para los hoteles, sí que pueden acceder.Hemos vuelto a la época colonial. Es fantástico el retroceso en el tiempo que nos ha conseguido el alcalde de Granada y su equipo de gobierno del Partido Popular.     

domingo, 21 de octubre de 2012

BASURA

Desde hace semanas el ayuntamiento ha decidido, en su campaña de acoso a los vecinos del Albaicín, que  ni barre las calles ni recoge la basura que esté fuera de los contenedores, ni baldea las calles.
Mientras, bonitas máquinas riegan con desinfectantes la carrera del Darro o Plaza Nueva, los lugares que mas suelen atiborrar los turistas.
Un empleado de la empresa de limpieza me ha confesado que aquí la cosa está mal, pero que en los barrios el asunto empieza a ser un problema casi sanitario.
Para colmo, el ayuntamiento le sube los impuestos a los vecinos y le baja los impuestos a los bares por colocar terrazas en las calles.
Me pregunto: ¿si todo el gasto se dedica a los turistas, por qué no pagan ellos más impuestos o los empresarios de la hostelería o las terrazas de bares y restaurantes?
Me pregunto: ¿por qué pagamos impuestos si no hay ya ni limpieza en la ciudad?
Me pregunto: ¿para qué queremos a este ayuntamiento?
Y también me pregunto: ¿para qué queremos a la oposición municipal que no abre la boca con respecto a   estos temas? 

jueves, 18 de octubre de 2012

EL ESCÁNDALO DEL CHINO


LA COLUMNA

El escándalo del chino

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 19.10.2012 - 01:00

EL chino como era chino y no sabía de letras..." cantaba la bulería de Chano y adivinaba el de Cádiz, en la distancia y en el tiempo, que iba a aprenderse la letra un chino que se llama Gachó Pin o algo así y que como no sabía de leyes, le iba a preguntar a los colegas españoles que cómo era eso de hacerse rico aquí en España. Y los asesores españoles le explicaron muy despacito, medio en español y medio en mandarín, que aquí, para hacerte rico, lo mejor es no pagar a hacienda, vamos, más o menos como cualquier banquero de postín con cuentas en Las Caimán o cualquier inversor de apellido ilustre y hasta los ojos de SICAVs. Y no es cosa, por eso, que cause escándalo entre la ciudadanía, que el chino rico, enjuto y ajamonado, se dedique a defraudar a hacienda, como tampoco lo es que haya un concejal socialista metido en la trama. ¿A quién le puede escandalizar que haya un concejal corrupto? O que el chino se dedique al arte contemporáneo, uno de los mercados más selectos y oscuros que hay en nuestro país con políticos, clientes y mercaderes finos, finísimos y turbios, turbísimos, que cualquiera les dice nada a los ilustres curators que se pasan el día paseando reyes y reinas por salas llenas de monitores de vídeo con ruido y con el código de buenas prácticas que se inventó aquella ministra, colgado del pescuezo y gastándose una pasta, a ser posible pública, dándose viajecitos a Tokio o Nueva York que, para estar al día, hay que viajar mucho, -ya te digo-.

Y es lo malo que empieza tener esto, que nadie se escandaliza ya de nada, ni del chino, ni del socialista presuntamente corrupto o presuntamente socialista, ni del pasteleo del arte contemporáneo ni de nada, porque esta tierra nuestra, como Jerusalén, está fundada sobre unos cimientos de morro y desvergüenza que no hay quien derribe y si el chino nos pusiera los ojos como platos, que no nos pondría el Wert, que a mayor sandez que diga, más se habla de él y menos de lo que hay que hablar, y que parece que más se dedica al despiste que a llevar adelante un Ministerio que parece una teleserie de Canal Sur.

Y no sé si la culpa la tendría Raphael, cuando para que le rimase aquella cancioncilla, cambió el acento y en lugar de escándalo, decía el hombre, escandaló, y viendo que colaba y nadie decía ni mú, lo intenta Rajoy pidiendo el segundo rescate de la banca española después de las elecciones gallegas, como hizo sacando los presupuestos después de las andaluzas, que fue un auténtico escandaló o Feijóo maquillando las cuentas en Galicia o el Mas que, después de la gestión pública más peregrina y nefasta que Cataluña conoce, se ha sacado lo de la independencia de la chistera, o los dirigentes del PSOE en Madrid que a pesar de ir cuesta abajo y sin frenos, siguen desaparecidos en combate y sin comprarse la brújula. Escandaló, es un escandaló

viernes, 12 de octubre de 2012

MEMORIA


Memoria


LA memoria es un jardín en el que habitan seres de otro tiempo en tanto son recordados por los que aún vivimos a este lado. Así es esta historia; su mundo existe mientras los recordamos. Y así, en ese mundo que recordamos, hay cosas -y hasta ocurren cosas como aquí- con apariencia de materia y piedra y de una realidad que casi se toca con los dedos. Pero, sobre todo, lo que hay son viejos amigos que sobreviven en la memoria como si nada hubiese ocurrido y que sonríen contentos mientras nos miran cuando los recordamos y que pasan el día, y hasta las noches, con la calma tranquila de lo inevitable, paseando entre las dulces sombras en verano o bajo la caricia cálida del sol en el invierno. Hay también en la memoria, casas y rincones ocultos y juegos en la arena y balones de fútbol y sonrisas y hasta besos escondidos en esa esquinita de la comisura de los labios que tanto le gustaba a Peter Pan. También en la memoria pasan cosas que suelen ser hermosas, como el dulce sueño de un niño que cabalga a los hombros de su padre o la emoción intensa de un primer amor o la lectura de un libro o de un poema, y hasta habitan en ella sombras de dolor, aunque incluso esos recuerdos, pueden dibujar sonrisas de ternura cuando se miran a través del tiempo. 

Y es que la memoria es un lazo de oro fino que nos ata a los que se fueron para, entre otras cosas, no dejar que el olvido, ese fantasma de niebla húmeda y gris, se lleve por delante los recuerdos, los envuelva en su espesura fría y los secuestre del paraíso para morir del todo; definitivamente muertos. Que también hay, aunque cueste creerlo, quienes se empeñan en el olvido, cómplices ¿quién sabe? de algunos pedazos de la historia que huelen si no se les entierra definitivamente con el olvido. Y es que la memoria es vida y, más que vida es aire o agua o el pan que necesitan para sobrevivir aquellos a los que hemos querido y con los que aún tenemos deudas de gratitud contraídas que queremos trasladar a nuestros hijos. 

Hace unos días, alguien, mejor recordar que fuimos todos, consiguió por fin y después de cinco intentos, colocar una placa en la tapia del cementerio de Granada para que otros, que no nosotros, recuerden a los miles de hombres y mujeres que allí fueron asesinados por defender nuestro futuro. Una placa no es mucho, ni de lejos el monumento que les gusta a los cómplices o los herederos de los que causaron aquel dolor para conmemorar a sus héroes, pero para nosotros y para ellos, por ahora, es suficiente para no olvidar.

viernes, 5 de octubre de 2012

BRÚJULA


Brújula

| ACTUALIZADO 05.10.2012 - 01:00

VISTO como está este año el patio del cole, no sé si recomendarle al personal que se compre una brújula y un compás para no perderse o que, directamente, se pierda y se deje arrebatar por el lío de mareas y corrientes de este confuso mar por si, al fin, el naufragio tiene mejor pinta y destino que esta angustiosa singladura que llevamos, por lo que parece, sin rumbo y sin timón o, cuanto menos, con el timonel borracho. Aunque igual es angustia pasajera y percepción subjetiva y el barco no va tan mal dirigido y es que navega de bolina y no de popa o de través y ya se sabe que así, el viento levanta más las olas y lo deja todo al retortero. 

A mí, como soy ya más que antiguo y me eduqué en el metódico camino de la razón, me gusta navegar con rumbo y tener las cartas a mano y saber no sólo a dónde voy, sino sobre todo, por dónde voy y por qué voy y, a lo mejor por eso, soy tan aficionado a lo que antes se llamaba el método y que en resumidas cuentas viene a ser no andar cambiando de rumbo según sopla el viento. Y no es que eso ayude a sobrellevar mejor la tempestad, si es que la hay, pero sí a que el viaje sirva para algo que sí no, más que Odiseo, acaba pareciendo uno un tonto perdido, por muy proceloso que sea el Piélago y muy venturoso el viaje que, por lo que parece y en lo que a este país respecta, no es el caso ni esto es Itaca. 

Por eso soy más de los alisios y de ciertas corrientes que vienen a aunar una elegante dialéctica con una mijita de razón y aunque reconozco que en mis tiempos de diletancia juvenil me dejé seducir por las embriagadoras dudas de Nietzsche, prefiero ahora la serena solidez de un materialismo sensato, aunque un punto heterodoxo. Por eso no entiendo los permanentes cambios de rumbo que dejan la identidad confusa y el destino oscuro. Y si quieren un ejemplo de lo que hablo, ahí tienen a David Miliband, líder del partido laborista del Reino Unido que ha vuelto a anunciar un viraje al centro de su partido para acercarse al electorado y que, si hago memoria de los virajes al centro de ese partido, desde que lo recuerdo, debe andar ya por la antípodas y sin saber si cuando gira al centro lo hace rolando a babor o a estribor o poniendo el barco boca abajo y la quilla hacia las estrellas. Y sin mala intención y como aviso para navegantes, ya le pediría yo al PSOE que se comprara una brújula, que en los chinos están a un euro.