viernes, 27 de julio de 2012

PILLAJE

MIENTRAS escribo estas líneas en una mañana insoportable, y no sólo por el calor de julio, el diferencial de la deuda con el bono alemán alcanza y supera los 640 puntos y España arde y, mientras sigo escribiendo, sin prisas, estas apretadas palabras, voy ojeando páginas de periódicos virtuales y sesudos blogs de aquí o de allá, y descubro que Felipe González -¡cuántas cosas habría que reprocharle!-, propone un consenso amplio entre todas las fuerzas políticas para exigir a Europa un radical cambio de actitud y de política y enfrentarse de forma solidaria, pero enérgica, a esta emergencia nacional. González, era público y notorio, siempre pensó que España debía ser protagonista de la historia de Europa y no un mero comparsa de sus juegos mercantiles. Y mientras estas cosas pasan y sigo escribiendo a trompicones estás líneas, me vuelvo a parar para ojear de nuevo el Facebook y descubrir que alguien me invita, a instancias de Julio Anguita -¡cuántas cosas habría que reprocharle!- a participar en un grupo de debate que aporte ideas para hacer frente a esta crisis que él, con razón, define como estado de excepción económica con notables daños colaterales en lo social. Mientras sigo escribiendo y la prima sigue subiendo, el presidente Griñan habla de eso precisamente, de hablar, y el vicepresidente Valderas habla de resistirse a un modelo de financiación inventado por Rajoy para acabar con la autonomía que conocemos desde siempre. Y eso es lo que no me cuadra, que mientras unos y otros, los de antes, a los que tanto hay que reprochar, y los de ahora, a los que también tendremos cosas que reprochar, intentan buscar salidas a esta situación de emergencia, el Gobierno se ha entregado con enfermiza dedicación una tarea inmoral de saqueo y de pillaje aprovechando la indefensión que genera el desastre. Entra en las casas y saquea las pobres pertenencias que ya nadie protege y, mientras unos y otros proponen salidas o luchan contra el fuego, ellos le roban el derecho a las mujeres a decidir sobre su embarazo y entran a saco en el cuidado de los dependientes y acaban con la independencia de la televisión y la radio pública y revientan las libertades públicas con los cambios de Gallardón en el Código Penal y acomodan la ley de costas a sus intereses y usurpan la autonomía de las comunidades con su trampa financiera y arrasan con la Administración Pública destruyendo, a su paso, todo lo que se fue creando en estos años y siguen y siguen y siguen sin más preocupación que el reparto del botín y, por eso, sigo escribiendo en esta mañana de calor y fuego de julio.

jueves, 19 de julio de 2012

AXARES

Axares JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 19.07.2012 - 01:00 LAS noches de verano abren ventanas indiscretas tras las celosías por las que se cuela un rumor inconcreto de ranas y mosquitos. Noches de calma tras los tapiales antiguos hechos con agua de las acequias del monte arriba y con la tierra oscura de la Alhambra y con algo de la cal que sudan los adoquines de la Carrera durante los largos días de julio. Noches de verano del Albaicín Bajo, que así han sido desde que el río fue río o desde que algunos, hace ya bastantes años, quisieron venirse a vivir junto a él para crear un barrio al que llamaron el de Axares, como la acequia que le daba vida y que, según cuentan algunos, quería decir que era el barrio de los elegidos, porque el frescor del río en el verano y el sol del mediodía en el invierno, lo hacía envidiable al resto de la ciudad. Un lugar para vivir que se ha perdido y del que muchos de sus habitantes, cada noche y poco a poco, piensan en marcharse. Hay quien dice que la culpa es del aislamiento al que le ha sometido el Ayuntamiento con una medidas de regulación del tráfico que sólo tienen como objetivo contentar a unos empresarios del turismo local, cada vez más ramplones y miserables, a costa de los vecinos.Pero estas medidas no han venido más que a colmar un vaso que unos y otros han ido llenando con obsesiva dedicación destructora. Unos con acciones y otros con omisiones, unos actuando con premeditado cinismo y otros, con más cinismo aún, mirando para otro lado y como si la cosa no fuese con ellos, como si nunca hubiese ido con ellos una historia que se empezó a fraguar cuando alguien descubrió que, para hacer el gran negocio en el barrio, sobraban los vecinos y se empezó una concienzuda labor de acoso, en nombre de la ley o pasándosela por la entrepierna. Y dijeron que no iba con ellos el ruido que convierte el Albaicín en un infierno, ni la basura que sólo se limpia en el Paseo, ni los cables colgados en las fachadas, ni las obras inacabadas que la crisis ha ido dejando tiradas por el barrio, ni que el Sacromonte se haya convertido en la mayor discoteca de Europa que sólo compite con el palacio de los Córdova o con el Carmen de los Chapiteles en quién pone la música más alta para cerrar el tradicional ciclo nupcial albaicinero que inicia un burro, pobre animal, paseando payasos vestidos de payasos en las despedidas, cuidando, eso sí, que no te atropellen los easy way porque las aceras las ocupan mesas o anuncios de paellas congeladas, raciones de tapas o cerveza con tapón a dos euros y medio. Axares, triste Axares.

viernes, 13 de julio de 2012

EN EL DÍA DE HOY

En el día de hoy el gobierno del PP ha echado a tres grandes profesionales de la radio pública. Entre otras cosas había conseguido subir los niveles de audiencia de la radio pública y relegar a la COPE a un cuarto puesto de audiencia.  Más que ser claros exponentes del rigor y la profesionalidad, lo que le venía mal al gobierno del PP era que la radio pública le hiciera la competencia a los medios que les han ayudado a llegar al poder. A fin de cuenta, los chicos de la COPE, son sus chicos o, mejor, son ellos mismos. El objetivo es acabar con lo público y si lo público es de calidad mucho peor.

En el día de hoy además el consejo de gobierno ha dado un importante paso para destruir nuestro litoral en beneficio del negocio turístico más ruin, el que se basa en la explotación vinculada a la construcción y al ladrillo. Este gobierno se está convirtiendo en algo insoportable e inaceptable. ¿Hasta dónde llegarán? ¿Hasta dónde los dejaremos llegar?

MOSCOSOS

La decisión del presidente del gobierno Mariano Rajoy de eliminar los días de libre disposición de los empleados públicos, pudiera parecer en principio un acto de justicia al eliminar, como se ha explicado en reiteradas ocasiones desde el PP, un privilegio, un regalo gratuito del que disponen los siempre mal vistos funcionarios.
Lo cierto es que esa estrategia de comunicación le ha salido bien a la derecha española; una dura crítica a los funcionarios que ha extendido sobre ellos manchas que serán difíciles de limpiar en el futuro, si es que hay futuro. Vagos, arbitrarios, enchufados, llenos de privilegios, irresponsables,...y no se sabe cuantas cosas más. En realidad, lo que buscaba la derecha era debilitar y eliminar, si fuera posible, todos aquellos servicios públicos que pudieran hacer la competencia al negocio privado de sus amigos y, para ello, qué mejor que empezar con los trabajadores públicos.
¿Cómo van a poder montar hospitales privados, empresas de seguridad privada, sistema de pensiones privados, colegios privados,...si los públicos funcionan bien y son más baratos? 
El sistema de la derecha es fácil, se inventó en el siglo XVII; sanidad privada, enseñanza privada,...y los indigentes o los que no puedan permitírselo se acogen, sin más, a la caridad cristiana que desarrollen organizaciones católicas  a las que además se les sigue  ayudando y no se le cobran impuestos .
La eliminación de los moscosos son un elemento más de ese sucio juego del desprestigio. Sin embargo, hasta eso es mentira.
Los famosos seis días son sólo el resultado del sistema de retribución de la función pública y por eso existen. Durante años los representantes sindicales intentaron dejar claro que el sistema de retribución por días trabajados debía ser aplicable también al sueldo y así se constató que el desigual número de días de cada mes, no repercutía en los sueldos y que se trabajaban más días, seis exactamente, que los que se pagaban. El resultado fueron los días moscosos.
Pero hay algo más. Los funcionarios no tienen puentes, como se suele decir habitualmente, lo que hacen es utilizar los días moscosos cuando hay fiestas en medio de la semana. Esto realmente le viene bien a los empleados públicos, pero sobre todo le viene bien a los destinos turísticos de interior que aprovechan esos puentes como agua de mayo. Ahora Rajoy también ha acabado con eso.      

jueves, 12 de julio de 2012

Sonrisas y lágrimas


LA COLUMNA

Sonrisas y lágrimas

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 12.07.2012 - 01:00


QUIENES se enfrentan a la adversidad con una sonrisa en los labios demuestran no sólo buen talante, sino además, el ánimo templado necesario para adaptarse con imaginación a los malos tiempos que vivimos. Hombres y mujeres, en fin, dignos de respeto por su valía moral. Más o menos lo que uno percibe, por ejemplo, en ese ilustre Guindos cuando sonriente, nos da cuentas de sus reuniones en el Eurogrupo. Aunque, visto de otra forma y dudando de esas generalidades que tanto gustaban a Agamenón y tan poco a su porquero, también pudiera ser que, más que gran valía, lo que hay detrás de la sonrisa de esos envidiables hombres y mujeres sea eso que viene a denominarse como "la felicidad del idiota" que, de buenos, son tontos y, como no suelen verlas venir, no se les ocurre más que sonreír en mitad de la refriega, ajenos a la ensalada de hostias que se aliña en el entorno. 

O, por añadir variedad al asunto, igual pudiera ser que realmente lo que mantiene esos rostros sonrientes no sea otra cosa que el calculado gesto cínico que se aprende en algunos colegios escogidos y que suele ser signo inequívoco de haber meado en alfombra desde pequeñito. Y es que estas cosas son así, que empieza uno a evaluar posibles razones para la sonrisa y acaba por escribir una columna que, más que de opinión, es de dudas, aunque sea sin maldad ninguna y sin ánimo de contagio y que si yo me hago preguntas, no está en mi ánimo que se queden ustedes sin dormir la siesta y rumiando con las dudas, aunque me siga a mi reconcomiendo el hecho de que ustedes y yo no nos riamos tanto y ellos sí, porque, puestos a dudar, igualmente pudiera ser que el que sonríe frente a una adversidad, pongamos por caso la intervención de España por el Eurogrupo, igual lo hace porque sabe algo que a los demás oculta o, también pudiera ser, que en realidad a él la adversidad le pilla como a trasmano de su camino, con lo que más que gran virtud, de lo que van sobrados nuestros preclaros varones es de un gran y duro rostro. Porque, por ejemplo, el que España esté pagando un 7% de intereses para financiarse, igual no es una buena noticia si tiene usted la mala suerte de estar en paro o de que dependa su futuro y bienestar de la futura solvencia del Estado, pero si tuviera usted la suerte de ser, por ejemplo un banco, y el BCE le soltara pasta al 0,75 para que usted comprara deuda española, comprobaría que se lleva, limpio de polvo y paja, 6,25 euros de cada cien que, además, se los han prestado de lo que vamos poniendo entre todos. ¿Se imagina ustedes el tamaño de la sonrisa?

miércoles, 4 de julio de 2012

TARDE SUEÑO


Tarde de sueño

JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 05.07.2012 - 01:00

LAS ramas del naranjo dibujaban un jeroglífico de luces sobre los cristales de la galería mientras subía la sombra fresca desde el río. La tarde parecía un sueño y en el sueño había una fuente en mitad del patio en la que el agua saltaba al compás de un lejano rumor de violines tras los cipreses en la colina arriba. Como además era un sueño y el día se iba sin prisas, empezaron a llegar también, desde la Peña La Platería, suspiros en forma de cantiñas, de caracoles, de granainas o martinetes de bronce y plomo que iban haciendo aún mas hermosa la tarde, y cuando no era la cercana memoria del Maestro, era su niña Estrella o algún Habichuela chico o grande que tocaba por fiestas o La Moneta que acariciaba con sus pies la madera gastada de un tablao por la verea de en medio. 

Así era el sueño en aquella tarde de verano de sombras y de agua o, mejor, así debía haber sido el sueño hasta que al señor alcalde o alguno de sus ilustres concejales se les ocurrió la feliz idea de hacer su gracia y hacerle al flamenco un "monumento" que hace unos días y desde la portada de un periódico local, llenaba de sobresalto el despertar de los granadinos y granadinas. ¡Por dios, qué susto! 



¿Cómo se puede transformar en pesadilla tan hermoso sueño y no enterarse de que sobre gustos sí que hay mucho escrito y que es demasiado delicada la materia sobre la que el alcalde escribe sus desafortunados garabatos? Porque si malo es ir pintando murallas con aerosoles, tampoco es demasiado bueno ir llenando plazas y calles de una ciudad como esta, con horrores que llegan para quedarse y, si no ahí están ese aguador y el burro, sacados de un casting de walking dead, que puso un alcalde del PP y que otro del PSOE no quiso quitar y las granadas gigantes y el Chorrojumo contrahecho y el cabezón de la Constitución y qué se yo cuantas mamarrachadas más para desesperación de los que hubiesen preferido un árbol, un simple árbol por cada kilo de bronce de tanta estatua que hunde cada día un poco más a esta ciudad en el abismo del mal gusto. 



Y es que es posible que sean muchos y muchas los que le votan y que tenga su complicidad entusiasta en los horrores que perpetra en la ciudad este señor de Píñar que vive, según cuentan, en un pueblecito cercano de la Vega, pero eso no le da derecho a confundir las calles y las plazas de Granada con los pasillos de su propia casa que ahí, si es su gusto, puede poner lo que le venga en gana.