miércoles, 19 de enero de 2011

Tamara de Lempicka, Andromeda, 1929.


Nunca entendí la pasión que genera una artista como Frida Kahlo sin reconocer la radical rotundidad de Tamara de Lempicka
Creo que es una figura que hay que recuperar en el debate sobre la modernidad y el papel de la mujer en las vanguardias artísticas

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