Ahora que va cayendo la tarde fría y que Pink Floid llena la casa de otro tiempo, le echo un vistazo al blog y descubro que son ya 200 los y las que han entrado a ver como huelen estas páginas que, con cierta paciencia y menos dedicación, escribo más o menos todos los días.
No es que sean muchos, con lo que ya al menos he llegado a una conclusión: no me haré rico poniendo publicidad en el blog, aunque la verdad es que creo que, a estas alturas, no me haré rico de ninguna manera o, al menos, no me haré rico de dinero sino como decía Marx en el manifiesto comunista: lo que él quiere no es una riqueza de dinero –la limitada forma burguesa de la riqueza- sino una riqueza de deseos, experiencias, capacidades, sensibilidades, de transformaciones y desarrollo.”
De todos modos 200 son un montón de amigos y de amigas que al menos, se habrán entretenido un poco con las reflexiones pocos meditadas que transportan mis palabras que intento con insistencia que hablen de patrimonio.
Es verdad que se me va la mano y, al fin, hablo de otro patrimonio o de otro tiempo. Como en esta foto, donde la limpieza del restaurador ha dejado en la pared dos momentos de su propia historia.
Se les acabò el presupuesto?....
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