lunes, 4 de abril de 2011

VINO TINTO

En un sentido homenaje al desorden, he decidido tomarme un buen vino con gaseosa y una rodaja de limón. Es un combinado muy español que antes se llamaba vino con Casera y ahora se llama tinto de verano.
La verdad es que está bueno y si se mezcla con espetos de sardinas adquiere connotaciones homéricas.

No sé si todo el mundo al que puede llegar este blog sabe lo que es un espeto de sardinas, algo familiar para los del sur de Andalucía, pero un tanto extraño para personas que vivan más al norte, por ejemplo en Holanda o más al oeste por ejemplo en Argentina donde lo que se suele espetar es una vaca.
Los espetos de sardinas se hacen con cañas afiladas donde se insertan cinco o seis sardinas, luego se colocan en un fuego muy vivo que suele hacerse en la arena de la playa. Nada más: el resultado es espectacular. Digno de epopeyas.
El desorden es igualmente espectacular.
No contentos con tener un presidente de gobierno que ha decidido hacer honor a sus compromisos y a su sentido común y no repetir como candidato, un miembro del gobierno andaluz ha decidido, según palabras de un buen amigo, emular a Sansón y echar abajo el templo con los filisteos dentro y él también, claro.
Total que mañana toca recoger los cacharros rotos y llamar a la cuadrilla de la limpieza.
Y la derecha cavernícola a sus anchas y esperando en la barra del chiringuito a que las sardinas estén hechas para comérselas.

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