jueves, 5 de abril de 2012

DESPEDIDA DE SOLTERO

Despedida JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 04.04.2012 - 01:00 0 comentarios2 votos PUESTOS a proteger el patrimonio inmaterial de Andalucía, algo que parece inevitable, yo apostaría por incluir en el catálogo a proteger algo tan singular como son las despedidas de soltero de Granada y hasta elevaría al pleno del ayuntamiento una moción para solicitar su declaración como BIC con más argumentos que los que están utilizando, no sin parte de razón, muchos ayuntamientos del PP con las corridas de toros. Y es que si se han protegido cosas como los verdiales de Málaga, que sigo sin saber qué peligro corren, poca justificación hay para no hacerlo con las corridas que sí que tienen enemigos declarados, sobre todo entre toros y vacas, aunque no digan ni mu. Pero volviendo a lo que empezaba, digo que prefiero las despedidas de soltero, o de soltera, que también las hay, como fiesta local de especial raigambre y tradición que, a más merecimiento, está exenta de cualquier viso de segregación de género, no como los toros en los que, por ejemplo, el papel de las vacas es muy secundario y casi invisible. Las despedidas además no suelen acabar en sangre, aunque sí en algunas hostias cuando el personal local acaba por aburrirse de tanto borracho suelto y arrebatado por sofisticados rituales llenos de referencias a nuestra milenaria y ancestral cultura. Los neófitos, entre diez y quince y agrupados en manada, ya que de esta manera suelen integrarse y comportarse, pueden ser por separado hasta personas normales de esas que tienen derecho a voto y cierto uso de razón, pero que, iniciado el ritual, pierden la poca razón innata y tienden de forma obsesiva a la estulticia colectiva. Para ello buscan un identificador totémico en forma de animal doméstico protector que puede ser hasta una vulgar gallina de la que se disfrazan todos o, al menos, uno de los integrantes del grupo, sin importar la lamentable imagen que pueda ofrecer o el espantoso ridículo que suele hacer. Es cierto que esta parte del rito es patética pero de ese patetismo nace el misterio del ceremonial que se inicia bebiendo en la calle, se continúa bebiendo en la calle y se suele acabar bebiendo en la calle o en compañía de un stripboy en el caso de las chicas o de una stripgirl en el caso de los chicos, antes de alcanzar el trance mágico o religioso del anhelado coma etílico. Para acompañar la iniciación es muy importante, gritar y miccionar en todas las esquinas delimitando así un territorio sagrado y aunque desde lejos, este tipo de actividades puede generar algún rechazo entre la ciudadanía, no cabe duda de que elevan el nivel cultural de la ciudad, convirtiendo así a Granada en referente internacional de la elegancia y del buen gusto. Casi como Salou.

1 comentario:

  1. Estuve allí y me lo pasé muy bien, todo fue estupendo y te lo pasas a las mil maravillas! Si os interesan algunas protecciones para columnas pasaros

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