LA COLUMNA
JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 26.04.2012 - 01:00
Respeto
PARECE evidente que la meditada decisión de desmantelar el Estado por parte de Mariano Rajoy, no ha generado la confianza en el mercado que el lider de la derecha española esperaba. O igual es que esa pretendida busqueda de confianza formaba parte de un envoltorio argumental que camuflaba las verdaderas intenciones de Rajoy y sus amigos y, en realidad, lo de la confianza nunca se lo creyeron y por eso tampoco es que se les note demasiado afectados ni dolidos. Lo cierto es que fuera verdad o excusa, los mercados de deuda, los inversores en bolsa, y hasta la señora Kirchner no sólo se han reido de las agresivas medidas que sólo han tenido efectos, aunque más bien malos, sobre los ciudadanos de este país, sino que además, le han perdido el respeto a don Mariano y eso sí que puede llegar a ser, más que una molestia, un trauma grave y casi insalvable para un presidente de gobierno que tiene tanto respeto hacia sus ciudadanos como lo tenían los matoncillos de las pandillas de los barrios de nuestra autárquica infancia. Y es que aunque este presidente no lo sepa, el respeto es importante y hasta imprescindible cuando se intenta ejercer ese gran acto de responsabilidad que es el gobierno de una nación. Por eso a Mariano se le nota tanto. Bueno, y a su pandilla, que él es más de mandar por delante a sus obedientes lugartenientes, no sea que corra peligro su imagen en esa arriesgada acción de intentar humillar a los humildes. Así, han conseguido una nota alta intentando ofender a los andaluces y tan a pecho se lo han tomado, que han pasado de las palabras, las tertulias de sus cadenas o las amenzas a las farmacéuticas, a la acción, llevando al Tribunal Constitucional las medidas de control de gasto sanitario de la Junta o las oposiciones a secundaria. ¡Qué valentía! Pero no contentos con Andalucía, a la que no soportan que les plante cara, la han emprendido ahora con los profesionales de la RTVE, porque la verdad puede que no ofenda, pero joder, jode y una forma rápida de vengar la ofensa que para ellos supone el rigor informativo, es acabar con el sistema que lo garantizaba. ¡Qué chuletas! Y es que esta pandilla disfruta demostrando que pueden humillar y hasta saben guardarla, como han hecho con los familiares de los militares caidos en el accidente del Yak, amnistiando a los culpables, que sí son de su pandilla o premiando a los que no pagan impuestos que también son de su lado de la calle, y que se fastidien los que pagan que seguro que son de la otra calle, o tomándole el pelo a los pensionistas que es una cosa de macarra trasnochado de la España rural y provinciana de los cuarenta que mola un montón.¡Qué estilo y qué nivel!
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