Siempre me llamó la atención la idea fuerza que RAJOY manejó en la campaña de acoso y derribo del gobierno de Zapatero, la de la ausencia de confianza de la economía mundial en el gobierno español como base estructural de la crisis. Como alternativa a esa falta de confianza, Rajoy proponía la verdad estructural, más o menos lo mismo que hacía Brunellechi con su arquitectura, hacer evidentes las cargas que, dicho de otra forma, venía ser llamar al pan, pan y al vino, vino.
Yo en parte estoy de acuerdo con Rajoy, siempre he pensado que el electorado no es idiota, es decir, no somos idiotas.
Sin embargo, al igual que la indecisión y la arbitrariedad pasó factura a Zapatero, la mentira puede pasar factura muy pronto a Rajoy.
Lo cierto es que el nuevo presidente ha empezado su mandato con un montón de mentirijillas.
La primera es decir que no iba a subir los impuestos y subirlos a la semana de empezar a mandar que no a hablar que parece que sigue mudo.
La segunda hacer responsable al déficit de las medidas, pero ocultar que ese déficit se sitúa sobre todo en las Comunidades autónomas que gobierna su partido y su gente.
La tercera y la más gorda, ocultar sus verdaderas medidas hasta después de las elecciones andaluzas para tratar de engañar al electorado andaluz y ganar así las elecciones en Andalucía.
Es decir, Rajoy sigue de campaña electoral con la idea precisa y clara de gobernar en toda España. Comunidades y Diputaciones incluidas
A mi personalmente esta obsesión me da pánico.
No por el hecho de que exista una alternancia en el poder, que me parece algo normal en democracia, sino porque las obsesiones en la cabeza de los presidentes me dan terror. Aznar se volvió algo majareta sino majareta entero cuando gobernó. Zapatero también acabó algo sonado y con un cierto punto mesiánico en el final de su mandato, pero RAJOY ha empezado demasiado pronto con el sueño megalómano del poder.
En fin. Dios nos coja confesados.
Yo en parte estoy de acuerdo con Rajoy, siempre he pensado que el electorado no es idiota, es decir, no somos idiotas.
Sin embargo, al igual que la indecisión y la arbitrariedad pasó factura a Zapatero, la mentira puede pasar factura muy pronto a Rajoy.
Lo cierto es que el nuevo presidente ha empezado su mandato con un montón de mentirijillas.
La primera es decir que no iba a subir los impuestos y subirlos a la semana de empezar a mandar que no a hablar que parece que sigue mudo.
La segunda hacer responsable al déficit de las medidas, pero ocultar que ese déficit se sitúa sobre todo en las Comunidades autónomas que gobierna su partido y su gente.
La tercera y la más gorda, ocultar sus verdaderas medidas hasta después de las elecciones andaluzas para tratar de engañar al electorado andaluz y ganar así las elecciones en Andalucía.
Es decir, Rajoy sigue de campaña electoral con la idea precisa y clara de gobernar en toda España. Comunidades y Diputaciones incluidas
A mi personalmente esta obsesión me da pánico.
No por el hecho de que exista una alternancia en el poder, que me parece algo normal en democracia, sino porque las obsesiones en la cabeza de los presidentes me dan terror. Aznar se volvió algo majareta sino majareta entero cuando gobernó. Zapatero también acabó algo sonado y con un cierto punto mesiánico en el final de su mandato, pero RAJOY ha empezado demasiado pronto con el sueño megalómano del poder.
En fin. Dios nos coja confesados.
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