jueves, 17 de noviembre de 2011

TÉCNICOS Y EXPERTOS


Técnicos y expertos

Juan Cañavate | 

Ados días de acabarse la campaña y mientras Rubalcaba, con argumentos de la vieja izquierda, plantea enfrentarse a los especuladores de la deuda, Cospedal se preocupa de la contestación social que provocarán las medidas que tendrá que tomar en el futuro un Rajoy que, ensimismado como siempre y por lo que pudiera pasar, ha insinuado ya que formará un gobierno de tecnócratas de los que no se meten en política.

Y es que la alegría en la casa del pobre dura poco y, aún con el dulce sabor en los labios de que estas sean las primeras elecciones sin ETA, hemos descubierto con regusto amargo, que son las primeras con mercados o con prima de riesgo y que en cuestiones de campaña, viene a ser lo mismo la bomba de ETA que el aumento del diferencial de la deuda: interferir en el proceso electoral, meter los deditos en los resultados saltándose esa menudencia que se llama democracia.

Ahora los nuevos dinamiteros andan reventando el patio o el parket que es más fino, porque quieren imponer gobiernos "tecnocráticos" como los que Franco impuso cuando sustituyó a los tradicionales matones de los primeros años victoriosos por una nueva casta del régimen a la que la prensa adicta del Movimiento, que era toda, decidió llamar tecnócratas; unos señores del Opus que hacían lo mismo que los otros, pero vestidos con traje y corbata en lugar de camisa azul, que rezaban el rosario en familia y que contaban aquel chiste atribuido al cruel humor del dictador: -yo no me meto en política-.

Parece que alguien, aún no sabemos quién, ha recordado la frase de Franco y ha decidido sustituir la voluntad popular en algunos países, empezando por Grecia y por Italia, por señores con traje que no se meten en política pero que tienen encomendado desmontar el Estado.

En Italia, Monti anda ya diciendo cosas de las que ponen los pelos de punta: que él no está de paso y que las elecciones, mejor en otro momento porque, total: democracia ¿para qué? si se pueden imponer gobiernos subiendo o bajando el diferencial de la deuda como quien tira de la cisterna.

Lo más dramático es que dentro de unos días en este país tendremos que ir a votar y es posible que alguien se cuestione hasta el esfuerzo de hacerlo si la deuda ya está escrita y el futuro también, que la política y que los políticos, ya se sabe, unos inútiles y que para arreglar las cosas, mejor gente que sepa, técnicos, expertos en lo suyo, aunque lo suyo sea a costa de robarnos lo nuestro con su mejor traje. 

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