martes, 4 de octubre de 2011

EXPERTOS

No se si se han enterado, pero el alcalde de Granada ha convocado a un grupo de expertos para estudiar si es factible o no construir un paso subterráneo en el entorno del río Darro y, desde ahí, un ascensor a la Alhambra.
Ante esa noticia es posible que quien no conozca la Alhambra, pueda pensar que no se puede acceder de una forma normalizada hasta ella y que esta circunstancia obliga a generar una medida tan contundente para que la gente pueda subir hasta ella. Nada más alejado de la realidad. A la Alhambra se puede subir por un montón de sitios y con un montón de medios, andando por la Cuesta de los Chinos, por la Cuesta de Gomérez o por la Cuesta del niño rollo, por la parte del barrio del Realejo hasta el hotel Alhambra Palace. También se puede subir en coche y aparcar en los grandes espacios dedicado a ello en la entrada del Generalife. Además se puede subir en el autobus público desde la Plaza Nueva. En cualquier caso, no más de diez minutos en vehiculos de motor y algo más de diez minutos andando por unos espacios absolutamente maravillosos. ¿Por qué entonces un acceso en ascensor subterráneo? ¿Por qué una obra de semejante envergadura en un entorno tan delicado y frágil?
Habría que responder primero a otra pregunta: ¿quiénes son los expertos y en que consistirá su expertización?
Pudiera ser que los expertos lo sean en materias que ciertamente no necesitan grandes debates para llegar a  conclusiones. Me explico:
Un geólogo, no tendría dificultades en definir la materia prima que conforma la Alhambra, todo el mundo lo sabe, el compacto Alhambra que es absolutamente agujereable.
Un ingeniero también asumiría el reto de construir una obra de este tipo. Hay suficiente desarrollo tecnológico como para mandar gente al espacio, hacer un agujero en una montaña no tiene una gran dificultad.
Cualquier arquitecto estaría en la gloria si le encargaran en estos tiempos de crisis una obrita de ese tamaño.
Los empresarios del turismo estarían encantados. Ya saben ustedes que intentaron construir un acceso a la Sierra también a través de una especie de funicular y lo siguen intentando. ¿Se imaginan las colas en el paseo de los tristes ? ¿se imaginan las terrazas de los bares llenas?
Y seguro que hay algún arqueológo de los que sirven para un roto y un descosido que certificarán sobre la marcha que no se verían afectados posibles  restos arqueológicos siempre que él cobre y salga en la foto.
Total, que ahí tienen ustedes sus expertos y resuelto el asunto: no hay ningún problema para construir el juguete del Alcalde de Granada.  Pero volvamos: ¿para qué? Simplemente para nada. Para que el alcalde se salga con la suya en esta absurda cabezonería semejante a la de mantener la estatua de homenaje al fundador de la Falange, la de llenar la ciudad de horrores escultóricos y cambiar su imagen siguiendo un modelo chabacano y de mal gusto. Para eso y para que algunos de la hostelería sigan ganando dinero a costa de la ciudad, con un modelo que no funciona, que genera más paro y más desigualdades y que sigue robando la ciudad a los ciudadanos. 

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