El sumario de noticias de RNE 1 de hoy es exactamente el mismo que el del diario ABC y Vocento.
O sea que ya tenemos otro medio de comunicación de derechas, salvo que, en este caso, lo pagamos todos.
Ya sé que esta situación genera una cierta y justificada indignación, pero, al margen de esa sensación lógica, habría que preguntarse si realmente es eficaz esa obsesión por controlar los medios de comunicación y convertirlos en medios al servicio de un partido y del gobierno de ese partido. Me comentaba una amiga hace unos días que estaba harta de que Rajoy se refiriese a ella con el genérico "el conjunto de los españoles" y que reivindicaba el derecho a formar parte de un subconjunto. El subconjunto "B" formado por españoles que están cansados de juego sucio del gobierno.
Un juego que lleva aparejada la necesidad de ocultar la verdad o de manipularla.
Cuando se hicieron evidentes las mentiras de Aznar, de poco le sirvió Urdaci y compañía y en la actualidad, podría ser contraproducente para Rajoy la obsesión casi totalitaria de controlar todos los medios de comunicación.
La objetividad de un medio de comunicación público puede incluso poner en evidencia las contradicciones de la oposición y ser hasta verosímil, pero ¿quién creerá ahora algo de lo que digan la radio o la televisión pública?
O sea que ya tenemos otro medio de comunicación de derechas, salvo que, en este caso, lo pagamos todos.
Ya sé que esta situación genera una cierta y justificada indignación, pero, al margen de esa sensación lógica, habría que preguntarse si realmente es eficaz esa obsesión por controlar los medios de comunicación y convertirlos en medios al servicio de un partido y del gobierno de ese partido. Me comentaba una amiga hace unos días que estaba harta de que Rajoy se refiriese a ella con el genérico "el conjunto de los españoles" y que reivindicaba el derecho a formar parte de un subconjunto. El subconjunto "B" formado por españoles que están cansados de juego sucio del gobierno.
Un juego que lleva aparejada la necesidad de ocultar la verdad o de manipularla.
Cuando se hicieron evidentes las mentiras de Aznar, de poco le sirvió Urdaci y compañía y en la actualidad, podría ser contraproducente para Rajoy la obsesión casi totalitaria de controlar todos los medios de comunicación.
La objetividad de un medio de comunicación público puede incluso poner en evidencia las contradicciones de la oposición y ser hasta verosímil, pero ¿quién creerá ahora algo de lo que digan la radio o la televisión pública?
No hay comentarios:
Publicar un comentario