Por mucho que se intente disimular, el turismo tiene la inevitable condición de convertirse en uno de las actividades más peligrosas y dañinas con todo aquello donde pone su interesada mano. No lo puede evitar, es su naturaleza, como la del escorpión famoso. Con él, las ciudades patrimoniales se convierten en parques temáticos y el medio ambiente desaparece bajo su zarpa depredadora.
Ahora la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, deja caer, sin mala intención ninguna, eso sí, que no se opondría a ampliar la estación de esquí de Sierra Nevada y todo el coro, incluyendo el Ayuntamiento de la ciudad de Granada, propietario de los terrenos, silba mirando al techo mientras balbucean diciendo eso de que "si no afecta al entorno medioambiental..." pues bienvenida sea la ampliación. Y es que en estas cosas no cuesta ponerse de acuerdo y todo sea por el gran negocio de Granada.La Consejería de Medio Ambiente, calla, pero ¿Alguien puede explicar cómo se puede ampliar la estación sin afectar al entorno?
Quien pueda explicar ese misterio igual podrá explicar por qué el PSOE pierde cada día más votantes pero todo puede ser tan simple como que no se ha dado cuenta aún de que el mayor problema al que se enfrenta es el de la falta de crédito que sufre entre sus electores por la renuncia permanente a sus principios programáticos. Nos sorprendió en el Parque de Cabo de Gata con el Algarrobico y ahora lo veremos y ya no nos sorprenderá en el Parque de Sierra Nevada con la estación de esquí.
La defensa del medio ambiente fue uno de esos principios que identificaron a la izquierda y que llevaron votos a sus partidos y ahora, es uno de esos que se van perdiendo.
La protección de Sierra Nevada durante todos los años pasados fue la consecuencia de esa defensa. Sacrificarlo todo por el hipotético beneficio electoral que pueda suponer poner en explotación la Sierra no está justificado y además no es políticamente rentable. Los suyos les abandonarán y los otros nunca les votarán. Algún especulador ganará más dinero y habrá algunos camareros más en esta ciudad que empieza a renunciar a todo. En fin, cada día más listos.
La protección de Sierra Nevada durante todos los años pasados fue la consecuencia de esa defensa. Sacrificarlo todo por el hipotético beneficio electoral que pueda suponer poner en explotación la Sierra no está justificado y además no es políticamente rentable. Los suyos les abandonarán y los otros nunca les votarán. Algún especulador ganará más dinero y habrá algunos camareros más en esta ciudad que empieza a renunciar a todo. En fin, cada día más listos.
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