viernes, 9 de septiembre de 2011

LA INGRATITUD DE CALVO

Yo quiero que el PSOE sea ingrato conmigo. Más o menos igual que lo es, según denuncia la señora Calvo, con ella. Quiero que me nombre Consejero de Cultura durante dos legislaturas, es decir ocho años. Luego quiero que me nombre Ministro durante cuatro años y van doce y luego quiero, si es posible, que me coloque el número uno de cualquier lista y después presidente de alguna comisión en el Congreso de Diputados y van dieciseis añitos. Y luego si me obligan compartir listas con alguien que no me guste, por ejemplo, Miguel Sebastián, poner a la organización a caldo y acusarla de ingratitud.
Lo peor de todo es que la culpa no es de ella. La culpa es de una organización que se dice de izquierdas y que ha confiado en gente como ella. Aún hay quien anda preguntándose las razones por las que el PSOE ha perdido las elecciones municipales y se prevé que pierda también las generales. Ahí tienen una de las razones, en la elección de este tipo de gentes para ocupar los puestos más relevantes llevando la mayor fivolidad como bandera política y como discurso ideológico. Igual si hay suerte, la señora exministra y exconsejera y exdiputada se va a su casa y la acompañan unos cuantos y unas cuantas. Igual así ese partido empieza a parecerse un poco al partido que era antes de que lo asaltarna la bande de advenedizos y oportunistas que en él se encuentran instalados en la actualidad.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario