La gran actividad cultural de la ciudad de Granada en el presente mes de febrero, ha sido la organización por parte del ayuntamiento de una fiesta de vampiros en una conocida discoteca.
Bueno, también y gracias a la colaboración de una conocida firma de cerveza, como se suele decir, una ruta turística de tapas de vampiros. El acontecimiento tiene un nombre que no consigo recordar. I´m sorry. Todo adereza el mundialmente conocido retroback. Una serie de pases de películas de hace cincuenta años o más que hace las delicias de mayores y niños y tropa si graduación. En fin, un primor en el que el alcalde y el ínclito García, ilustre concejal de la cosa, participan con entusiasmo. El retroback este año, como habrán podido deducir está dedicado a los vampiros, a los no muertos o a los muertos en vida que es también como se les conoce.
A mi la idea me parece muy bien, sobre todo porque creo que idónea como actividad cultural representativa de esta ciudad que empieza a parecer, en lo que a cultura se refiere, una auténtica muerta en vida.
Hubo un tiempo, es cierto, que gozó de buena salud, tenía incluso un museo arqueológico abierto y hasta hubo una vez en que se pensó en trasladar el museo de BBAA al edificio de San Juan de Dios que por aquella época era público y nadie se lo había regalado a la Orden. También se pensó en montar un centro de arte contemporáneo en el edificio de las hermanitas de los pobres, en la plaza de Gran Capitán, pero el alcalde, Jara, por aquella época, decidió hacer oficinas.
Se pensó igualmente en montar, en unas naves cercanas que eran talleres de los autobuses de cercanías en la misma calle de Gran Capitán, en espacios dedicados a las artes escénicas, antes eso sí, de que el ayuntamiento hiciera una operación urbanística para construir pisos.
También fue antes de que a doña Carmen Calvo, casi la peor responsable de cultura que ha tenido esta Comunidad, se le ocurriese inventarse, eso sí que es improvisar, la construcción de un gran espacio escénico, para no tener que dar explicaciones de lo que estaba pasando con el edificio de San Juan de Dios.
Ahora con los muertos vivientes, vamos bien servidos.
La cultura, que no es importante para demasiados. Los políticos tienen tanto en qué pensar que se olvidan del alimento del alma. Igual es que no tienen. Un abrazo
ResponderEliminar¡¡Lo que les gusta lo retro y lo barato que sale exhibir foeles!!
ResponderEliminarDesde que a los altos puesto de la política llegan los mejores trepadores en lugar de los más preparados, tenemos en puestos de responsabilidad a los más catetos del mundo, que siempre han sido los mejor dotados para agarrarse a las superficies, seguramente por su cercanía evolutiva con los simios, y así nos luce el pelo.
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