http://granadablogs.com/gr-arquitectos/2012/05/14/la-peatonalizacion-de-la-carrera-del-darro-buena-oportuna-sana-y-bella/
Trato de responder a un artículo publicado por José Miguel de la Torre en el blog de Juan Carlos García de los Reyes, la ciudad comprometida.
Por situar el debate en otro contexto distinto al relacionado con las bondades o maldades de la peatonalización en este caso concreto, se podrían plantear mejor los objetivos que se persiguen, a qué intereses pretende satisfacer y qué grupos de presión en la ciudad están detrás de esta supuesta peatonalización que yo prefiero llamar privatización de la Carrera del Darro.
Para empezar las dos imágenes que ilustran el artículo creo que es conveniente comentarlas.
La primera de ellas está hecha antes de que se hicieran las modificaciones en el Paseo de los Tristes con un proyecto de Carlos Sánchez. Se amplió la zona peatonal del paseo que se convirtió en zona de terrazas para bares, además se les construyó una pérgola en la que se plantaron glicinias y un seto de arrayanes. El negocio de la hostelería prosperó. Entre otras cosas porque el mantenimiento de toda esa infraestructura ornamental la sigue pagando el ayuntamiento, pero no desde luego la calidad de vida de los vecinos, que perdieron lugares hasta donde poder jugar los niños. No exagero hasta el lagrimeo fácil, hasta un pequeño parque infantil fue directamente desmontado y llevado a ninguna parte, como algún tiempo después fue desmontado un parque deportivo en la explanada del Rey Chico, en venganza, dicen, por las protestas vecinales. Además los vecinos perdieron plazas de aparcamiento y, a cambio, se les dieron unas en el rey Chico que, en la actualidad, tampoco son ya accesibles.
La segunda foto, no muestra más que el estupor y el cabreo general que causa que los vecinos no puedan acceder a sus casas y, sin embargo, sí lo puedan hacer los coches de turistas. Todos tenemos fotos de esas, incluso en dirección prohibida de coches que van a los apartamentos de la Carrera.
En realidad yo ya conocí algo parecido en Marruecos. Los ciudadanos no podían bajar a algunas playas, pero los que no éramos de allí sí que teníamos acceso.
Esto tiene que ver con mi referencia a los intereses que pretende satisfacer esta tropelía municipal. En realidad los vecinos llevan intentando controlar los accesos del barrio desde que existe y para ello se plantearon medidas muy simples; tener las pilonas 24 horas cerradas al día salvo para servicios públicos y residentes, regularizando la carga y descarga de una forma efectiva. Sin embargo por ese camino el ayuntamiento no quiere transitar porque, entre otras cosas no es eso lo que quiere la patronal de la hostelería que es donde realmente reside el problema.
Y es que el problema del Albaicín no son los coches, sino su explotación feroz y despiadada como recurso turístico y sin el más mínimo respeto a sus valores patrimoniales que se fundamentan, sobre todo, en el tejido social que debiera dar vida al barrio.
El Albaicín lo está matando la explotación turística incontrolada, la connivencia de las administraciones (todas) con ese modelo económico y la complicidad de todos, fíjese bien que he dicho todos, los partidos políticos de la ciudad.
Hablar de la belleza del paseo, del rumor del agua y de zarandajas parecidas cuando lo que está en juego es su supervivencia, no deja de ser un juego de artificio.
Hablar de la belleza del paseo, del rumor del agua y de zarandajas parecidas cuando lo que está en juego es su supervivencia, no deja de ser un juego de artificio.
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