La alegría explicitada, con más o menos afán, por parte de destacados militantes o dirigentes del PSOE, tras la reunión del presidente del gobierno con los grandes empresarios me llena de desconcierto ante las distintas posibilidades que plantea.
Para empezar y si yo fuera el presidente del gobierno, estaría preocupado por una respuesta tan positiva de estos sectores que evidenciaría que, a su juicio, lo estoy haciendo bien o, lo que es lo mismo, que lo estoy haciendo bien para sus intereses.
Esa conclusión evidente me invitaría a reflexionar en torno a un dilema: ¿lo que es bueno para Botín, es decir, la gran banca culpable de la situación de crisis en el mundo occidental y, sobre todo, en España, es también bueno para España?
Además y ya de una manera más egoísta me preguntaría si lo que es bueno para Botín es bueno para el presidente del gobierno y secretario general del PSOE porque lo cierto es que da la impresión de que Botín y compañía lo que están es animando al presidente a que, simplemente se suicide en el cumplimiento de objetivos que sólo a Botín satisfacen.
¿Qué ocurrirá con el presidente después de gobernar la nave con mano firma hasta el abismo?
¿Y con el PSOE?
¿Podrá alguien en algún lejano futuro rescatarlo del profundo agujero al que puede llegar por este camino que tanto le gusta a Botín?
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