De nuevo la muerte sobre Palestina, de nuevo el juego macabro de los omnipotentes, de los que no piden disculpas, de los que se saben a salvo de cualquier reproche.
Mañana o pasado mañana algún suboficial del ejercito de Israel planteará una cínica excusa y todo seguirá igual ante el silencio cómplice de los que nunca van a exigir responsabilidades a los asesinos.
Mañana o pasado mañana, el embajador del estado de Israel en España balbuceará alguna tonta réplica y todo seguirá igual. Seguirán nuestros democráticos países mirando hacia otro lado ante la vergonzante evidencia de que nadie sumara los debes de este estado teocrático, racista y corrupto.
y al final como siempre, muerte y sólo muerte...
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