miércoles, 25 de febrero de 2015

El SILENCIO DEL CICLISTA.

Hace un par de días, creo, escribí un post en un hilo de "imagina Granada" en el que decía algunas cosas que, al parecer no son verdad. La primera es que Bici Escuela es una asociación que está en contra de los carriles bicis y la segunda que escribí es que le da la razón al ayuntamiento en su política antibici. La primera afirmación la he sacado de sus propios documentos y la segunda de los medios de comunicación en los que incluso llegué a leer una entrevista a la señora concejala de tráfico en la que se congratulaba de la coincidencia de acuerdos con la asociación y la utilizaba como referente de sus argumentos antibici en Granada. Hechas estas afirmaciones planteaba una duda, la de que " La verdad es que no se qué puede aportar al uso de la bicicleta en Granada" la citada asociación que tanto coincidía en sus objetivos con la señora concejala. Defendía igualmente en mi post los carriles bicis con el argumento de que durante muchos años he vivido en una ciudad ( Sevilla) que dispone de un largo recorrido de ellos y terminaba mi reflexión diciendo que los carriles bicis aportan seguridad al ciclista, al peatón y hasta a los conductores de coches y que me parecían un sistema adecuado para ordenar el tráfico ciclista del que hago uso desde hace más de veinte años. Detrás de ese post, he recibido la mayor colección de insultos e improperios que me han llegado en mi vida, que ya es algo larga, incluida una velada insinuación de una señora acerca de mis intereses comerciales o mercantiles para vender carriles bici. El resto, puede consultarse en el hilo, pero pongo un pequeño ejemplo: "Y es que no estamos solos, tu ansia de ser marginado está más que obsoleto y superado.... Es curioso cómo después de 20 años todavía siga vivo..... Yo cada día observo restos de sangre ciclista en cualquier esquina de la ciudad, pero sobre todo sangre fresca de un recién atropellado... los conductores de coche son unos auténticos asesinos que salen de sus casas deseosos de encontrar a un ciclista a quien rebentar los sesos." Perdonen la "b" de reventar pero he hecho un cut. Detrás de esa intervención más dirigida a hacerme callar que a otra cosa, he seguido recibiendo comentarios en términos parecidos. Uno de ellos me invitaba incluso a sentirme avergonzado por compartir ideario con Hitler "Revisa el discurso de Hitler en las olimpiadas de 1936 alabando las grandezas de los carriles bici alemanes gracias a los cuales los coches tendrían libre el paso. Mira que coincidir en algo con Hitler.... a mi me daría vergüenza." Y lindezas parecidas que prefiero ir callando. Sin embargo, al margen de los exabruptos, hay algo que me llama la atención y no es la defensa de las posiciones que esta asociación ha expresado en coincidencia con el gobierno municipal, sino la virulencia de la crítica a la opinión de otros en un lugar, un muro, que me parece que no es ni tan siquiera de su propiedad. O quizás sí. Pero ¿Por qué esa violencia? por qué esa necesidad de callarme? Por qué ese afán de exterminar a alguien que hable cosas distintas?. Dándole vueltas al asunto llego esta tarde a un documento en el que la citada asociación pide a la señora concejala de tráfico que la asociación se convierte en los interlocutores oficiales en materia de bicicletas y me pregunto si no estará ahí la clave del asunto y de la encendida respuesta a que alguien, que no en exclusiva ellos, hable de circular en bicis. Suele ocurrir en nuestra ciudad; mejor hablar con alguien que interpreta el sentir de todos y así no hay que hablar con todos. Ocurre en el Albaicín, donde la asociación habla en nombre de todos los vecinos, ocurre en el Sacromonte, ocurre siempre. Los procesos democráticos de estas asociaciones son incuestionables; nos juntamos unos pocos y a cualquiera que hable, opine, diga algo al margen del sagrado interlocutor oficial le cortamos la cabeza. Pues verán, va a ser que no. Lamento que el espacio de este esperpento haya sido en ese muro de Imagina Granada, un proyecto que respeto, por ahora, claro, pero yo que llevo mucho tiempo montando en bici y jugándome la vida con mis 58 años por la Gran Vía o por Reyes Católicos o por el Paseo de los Tristes, voy a seguir hablando sin que ustedes ni el colegio de arquitectos, estructura corporativa, donde las haya, la Asociación bici escuela o quien esa, me represente o actúe de interlocutor.

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