LA COLUMNA
JUAN CAÑAVATE | ACTUALIZADO 27.02.2015 - 01:00
El alcalde again
DESDE que el señor Torres es alcalde de esta ciudad, le hemos conocido dos líneas estratégicas en su gestión; impedir el uso seguro y civilizado de la bicicleta y arremeter contra cualquier actuación del Patronato de la Alhambra.
En tan poco edificantes empresas, el señor alcalde ha sabido aprovechar siempre el apoyo de asociaciones que a todos representan y que de todo saben y que, en estos días de campaña electoral y sin maldad ninguna, han montado un coro de palmeros cuando ha dicho que el proyecto Atrio de la Alhambra, es un duro atentando de los sevillanos contra la ciudad de Granada. Algo que nunca habíamos oído, por cierto.
Y como suele ser hombre de pocas palabras y menos argumentos, ha dejado en manos del coro los argumentos de la ofensa que, vistos uno a uno y eliminando las simples tonterías, se vienen a resumir en dos cuestiones: que no parece adecuada una inversión de 45 millones de euros en la Alhambra, la una, y que ¿para qué quiere la Alhambra tanto equipamiento cultural?, la otra. A la primera la Alhambra ha respondido que se olvida el señor alcalde de que la inversión es precisamente en la Alhambra y que la Alhambra está en Granada y que otra cosa sería si tantos millones, fueran a parar a otro lugar, por ejemplo, a Sevilla y que la inversión se viene a sumar a muchas otras que la Alhambra realiza en la ciudad y, si no, ahí tienen el Bañuelo, Dar al Horra, Horno de Oro, el Corral del Carbón... concluyendo en la pregunta de que ¿en qué cabeza cabe que se renuncie a una inversión de ese calado en Granada, simplemente porque sea en la Alhambra?
A la segunda cosa, me van a permitir que les intente contestar yo.
La Alhambra lleva desde hace bastantes años consolidando un buen modelo de gestión, con profesionales comprometidos en un proyecto escrito desde hace años, su Plan Director y que, desde luego, no es una improvisación ni una ocurrencia de nadie.
Gracias a ese modelo y a gestionar algo más que la simple visita al monumento, se ha convertido en un elemento clave en la vida científica y cultural de la ciudad, con una programación que deja en evidencia la triste fanfarria pueblerina municipal.
¿Le parece al señor alcalde que eso es malo y que debiera renunciar a ello?
¿Le parece al señor alcalde que los granadinos y los visitantes vamos servidos con las comedias o los artistas que trae al Isabel la Católica su concejal del asunto o con las procesiones de Semana Santa?
¿Le parece sensato desperdiciar las posibilidades de nuevos espacios porque la programación no la haga el ayuntamiento?
Lo que no parece sensato es que el alcalde intente destruir lo que funciona bien en lugar de intentar arreglar lo que funciona mal, o será que con la Alhambra al lado, se nota demasiado lo suyo.
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