jueves, 23 de febrero de 2012

ATARAZANAS


Al margen de los objetivos de programación que presente el proyecto de contenidos del mismo o de la recuperación del edificio a través del proyecto arquitectónico de Vázquez Consuegra, no podemos estar de acuerdo con este proyecto de conservación de las Atarazanas desde un punto de vista patrimonial. Si se observa la reconstrucción, se puede adivinar que lo visible, desde la cota de la calle, es una altura de las arcadas que no es la real. En efecto, los arcos arrancan ocho metros por debajo de esa cota que es la altura original del edificio. No es que se desprecie ese espacio desde un punto de vista formal, es que se desprecia el edificio en su totalidad arquitectónica convirtiéndolo en un pastiche alejado de su forma original y real.
La riqueza arqueológica que encierra el subsuelo de ese edificio y que ha sido evaluada en distintas ocasiones, queda postergada evidenciado la falta de respeto que el arquitecto manifiesta por la historia de su ciudad y de sus edificios históricos. Otra ocasión perdida, otro desastre en Sevilla que renuncia a restaurar un edificio emblemático por su ubicación, junto al Hospital de la Caridad, y por su funcionalidad.  

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