El día 5 de diciembre pasado, escribí esta columnilla en el Granada Hoy.
Resulta curioso ver lo predecible que era el asunto.
No la colgué en el blog como en otras ocasiones.
Ahora lo hago
Divorcio
previsible
Mas que
complicadas operaciones matemáticas o sesudos análisis políticos, basta con
echar un ojo al calendario para concluir en que existen bastantes
probabilidades de que al actual gobierno de Susana Díaz en la Junta de
Andalucía le queden dos o, como mucho, tres meses de vida.
Y no parece que esta
más que predecible crisis sea una cuestión generada por la difícil situación
política del país ni por un problema interno del PSOE ni tan siquiera por un
grave desencuentro entre los dos partidos que forman el gobierno de coalición
en Andalucía, PSOE e IU. Lo cierto es que, a pesar de los malos augurios de un
sector bastante cerril de IU y de otro no menos montaraz del PSOE, que sin
tapujos ardían en deseos de que la izquierda en Andalucía diese un ejemplo de
becerrada racial o marital y acabase a topetazos, la coalición ha funcionado
más que bien, o al menos, esa imagen es la que nos ha llegado a los que, aún estando al margen de los entresijos de la cocina del pastel, hemos podido
observar comportamientos no sólo cordiales, sino además leales en estos años de
vida en común.
El problema está,
más que nada, en que en el mes de mayo hay unas elecciones y no parece lógico
que, tal como está el reparto del voto de la izquierda, se pueda mantener hasta
esas fechas una imagen de coincidencia de gobierno como el que actualmente
funciona en Andalucía.
Aunque ya se sabe
que en estos cálculos intervienen siempre factores impredecibles que cuadran
poco con las ecuaciones y que le pueden dar la vuelta a todas las
probabilidades más posibles o a las posibilidades más probables.
IU, por ejemplo,
y aunque aun no sepa si con forma de sopa de letras, agrupación de electores o
simple precipitación en fluido, es bastante probable que acuda a esas
elecciones a través de GANEMOS , proyecto al que aún no se sabe si se sumará o
no PODEMOS. En uno y otro caso, difícil lo tiene IU en ese guiso si, para esas
fechas, sigue formando parte del gobierno con el PSOE.
Garzón, flamante
nuevo líder de IU, ya soltó hace unos días un sonoro pildorazo a doña Susana
que la presidenta no tardó en responder con contundencia, cerrando de momento
los flecos de la controversia. Pero bien digo de momento, porque daba la
impresión de que Garzón sólo probaba la capacidad de respuesta del presunto
contrincante y que la cosa no había hecho más que empezar. Lo que sí estaría
bien, y dado que el matrimonio no ha ido demasiado mal y ha recibido generales
parabienes, es que la separación fuera de esas de mutuo acuerdo, cordial,
afable y sin trifulcas y que nos ahorraran a todos los que hemos sido invitados
un espectáculo de fin de fiesta que nos dejara un amargo sabor de boca. En
serio.
Juan Cañavate
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